sábado, 31 de julio de 2010

SE CUMPLEN 57 AÑOS DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA (2 de 2)


Por Fraddy Pérez

Lo más difícil para estos intrépidos jóvenes fue el tener que trasladar ese grupo de hombres desde la Habana hasta Santiago, en un trayecto de más de mil kilómetros de distancia entre la Habana y Santiago, sin que sean descubiertos por el temible Servicio de Inteligencia Militar (SI M).

Ellos escogieron el día 26 de Julio, por la fiestas del carnaval, con motivo a la celebración de Santiago Apóstol, las fiestas de Santa Ana, que no iban a despertar sospecha, con el grupo de personas que no eran del lugar, porque para esa fecha visitan personas de toda la isla a la fiesta del carnaval.

El día 25 de Julio, en hora de la mañana, partieron hacia la ciudad de Santiago en 16 vehículos que iban saliendo con una hora de diferencia uno del otro y cada uno con nueve combatientes y un Jefe, por todos 158 hombres y dos mujeres.

Ellos en Santiago habían alquilado una finquita que se utilizaba para recreación y para las fiestas del carnaval, ese trabajo le correspondió a los hermanos Abel y Haydé Santamaría, puesto que hacían el papel de esposos y no levantaban sospecha. La finquita la bautizaron con el nombre de “La Granjita Siboney”.



El día 25 de Julio por la noche, se reunieron todos en la Granjita y antes de llegar Fidel, entre ellos se repartieron las armas y los galones, hasta que llegó Fidel y puso cada cosa en su lugar.

La misión de Abel Santamaría, era la de tomar el hospital civil situado al frente de la posta núm. Tres del Cuartel Moncada, con intención de salvar y curar vidas, con veinte combatientes, entre ellos dos médicos y dos mujeres en calidad de enfermeras y él en calidad de Jefe, la misión de Raúl Castro era tomar el palacio de justicia, con nueve hombre y él como Jefe, porque éste era estratégico para el combate, puesto que éste quedaba a un lado del Cuartel Moncada y desde esa azotea se iba a emplazar una ametralladora, para el combate.

La misión más difícil la tomó el Comandante Fidel Castro, la de penetrar al cuartel con 95 combatientes divididos en dos grupo, uno en la Vanguardia y otro en la Retaguardia.
No hubo espacio para todos porque habían más combatientes que la cantidad de armas.

Ese día, entre los dos cabecillas del grupo se produjo un pequeño desacuerdo y fue cuando Abel le reclamó a Fidel que él no quería la misión del hospital porque él lo que quería era combatir, que pusieran otro en su lugar, entonces Fidel le contestó: yo soy el Jefe y usted tiene que obedecer la orden, porque el que manda aquí soy yo. Abel, luego le razonó a Fidel de que no era prudente que el jefe tomara la misión más difícil, porque era posible de que no saliera con vida de tal misión, entonces Fidel le aclaró, por tal razón tú tienes que ir a tu misión porque si yo caigo tú seguirás al mando de la revolución.

Luego Fidel les dijo a todos, vamos a descansar porque mañana tenemos que estar listos para triunfar o morir, y recuerden, nuestra misión es no matar, solo en última instancia.

Siendo las 5:15 a.m. del aquel domingo 26 de Julio de 1953, se dieron cita aquellos valientes jóvenes llenos de heroísmo, penetraron al Moncada cumpliendo su juramento de entregar sus vidas a cambio de la libertad del pueblo cubano, la patria de José Julián Martí Pérez (José Martí). Abel Santamaría y Raúl cumplieron sus misiones, la misión de Fidel no se materializa como se planeó, porque después que cruzó por la posta # 3, el carro que iba delante de Fidel y luego en el que iba Fidel. El siguiente carro chocó y escandalizó a los militares del cuartel y de inmediato comenzó el tableteo de las ametralladoras de los guardias del cuartel. Pero también hubo un error y fue que uno de los grupos que tenían la misión con Fidel se extravió y no pudo llegar al cuartel, y cuando se juntaron todos no se sabía a quién tirarle, puesto que todos estaban vestidos iguales.

Fidel, ordenó la retirada a los pocos combatientes que quedaban, porque los mataron a casi todos. Fidel, con 18 combatientes subió a las montañas y allá fue vencido por el hambre y la sed, y viéndose en esa situación dividió el grupo de tres en tres hasta que el día 1º de agosto de 1953, una patrulla comandada por el valeroso teniente Sarria, los encontró dormidos o vencidos por el cansancio, a Fidel y los otros dos compañeros que estaban con él. Gracias a aquel militar que no los entregó a los militares, sino que los entregó en mano de la justicia.

Pero podemos decir que el 26 de Julio de 1953, fue la chispa que encendió el filamento, para que todos los movimientos revolucionarios dieran con lo que hoy se llama la Revolución Cubana, que bajó de la montaña el 1º de enero de 1959.

El autor es de Pedernales, vive en Nueva York